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sábado, 29 de septiembre de 2012

Ay... mi río

Hoy por la tarde (en mi tierra ya noche 7:00 pm), bajamos a tomar mate/café y biscochitos, a la orilla del Río de la Plata sobre la rambla hay una pérgola con varias bancas, es nuestro lugar... y ahí nos queda en pantalla megaplex y con sonido surround, toda la majestuosidad de sus aguas...

Es como que hubiese una mano gigante que me arrancara las preocupaciones y todas las vibras negativas en ese instante y como que al solo ver las aguas reflejando los celajes del cielo entre un gris y un naranja... me trasladara a un estado perfecto de paz y tranquilidad...

Es frente al Río donde puedo vaciar mi alma y llenarla de nuevo... respirando el aire puro de la tarde y sintiendo el rico aroma del cafecito... donde me renuevo. Donde renazco. Donde mis fuerzas vuelven al cuerpo, y mi corazón se enamora cada día más.

y digo "Ay... mi río" porque ya lo adopté como mío y el me ha adoptado como suya. Ahora no me queda sino esperar a que vuelva el verano... para poder sumergirme en él... y que con sus aguas hermosas me abrace...
martes, 18 de septiembre de 2012

Ese saborcito a...

Alguien preguntó por ahi ¿por qué amábamos a Guatemala?, y es una pregunta seria, que puede contestarse con cualquier sentimiento... el religioso... de que Dios "nos puso en esta tierra". El patriota, porque "aqui nacimos y aqui queremos morir"... y la pregunta me caló...

Yo creo que amo a mi tierra por su saborcito... (entre otras cosas), porque somos únicos, tenemos algunas cosas que nadie más tiene, como el placer de sentir el panito de manteca, remojado en el café con leche... o como hace mi viejo... mojar el pan francés en chocolate caliente, eso sí... de Xela y bien espeso...

Ese saborcito que nos queda desde que somos niños, a los chicles Fragans... y a la Grapetía... o como dije en un post anterior, las Vitalinas... o quizás sin ir más lejos al mango verde con pepita que comíamos cuando salíamos del colegio.

Ese saborcito a feria, cuando comemos algodón de azúcar, entremezclado con melcocha y dulce de pepita, coco en rapadura y lo rematamos con unos buenos buñuelos. Y al finalizar el colazo por la feria, a tomarnos ese atolito de elote con granitos (indispensable) y una tostada de guacamol, con salsa arriba y con todo dice la seño... (cebolla, perejil picado y queso de Zacapa).

Es eso lo que me queda en la mente, cuando de pronto veo una foto de cocido de res... y nadie le atina a qué quiere decir "guisquil" o "perulero". Y menos se imaginan que al plato de caldo con carne, le vamos a echar una cantidad industrial de aguacate (palta por estos lares), chile, limoncito y sal.

Ese saborcito a infancia, que me recuerda el septiembre de marchas. Ver a los cebolleros y a los del infantes con sus uniformes de gala y de kepi. El olor a los buñuelos, y sentir en el rostro el viento de volar barriletes en Kaminal Juyú... en noviembre. La ida a Xela a comer fiambre el 1o de noviembre, y por consecuencia el dulce de ayote... los jocotes en miel... y si quedaba espacio, un pache de la Tía Viole... bien sazonado...

Ahora vivo en otro mundo, con sabores diferentes, y sé que estoy tejiendo un mural de nuevas experiencias... ni mejores, ni peores, son otras... pero... ese saborcito a Guatemala, nadie me lo quita de la boca...
domingo, 16 de septiembre de 2012

La Eterna Primavera... vista desde lejos.

Al enfrentar los cambios, es cuando vamos valorando lo que tuvimos y no supimos ver en el momento... La Eterna Primavera... el término ese no lo entendía, hasta que me tuve que emponchar toda por completo ante el nuevo clima en Uruguay... o en su momento... desemponcharme hasta querer "estar en bolas" como dicen por aca...

En Guatemala tenemos un clima privilegiado, si bien es cierto que pasamos más de cuatro meses llevando agua, todo se soluciona con un buen paraguas y un suetercito delgado. Mi primer verano fue deshauciante por estos lados del mundo... "una calor" (como dicen por acá) de rango de 30 grados y subiendo, que me hacía bajarme más de dos litros de agua fría diariamente... y con ganas de más... nunca había tenido tantas visitas al baño como las he tenido acá... noches de "croqui croqui" oyendo cantar las ranas y sudando a pierna suelta, mientras el ventilador hace tambien su ruido propio... días de comer helado, bajar al Río a bañarnos y por las tardes unos matecitos en la pérgola que está situada frente a la playa... un verano de calor intenso... como jamás lo había vivido, y en los días en que estaba acostumbrada a los ricos vientos de Noviembre en mi patria, volando barrilete con sueter puesto... y una Navidad tan calurosa, que en lugar de Ponche de Frutas, se come la fruta en ensalada y un buen asado de Cordero, y nos olvidamos por completo del tamal caliente, del pancito francés, el limòn que lo acompaña y de pavo ni hablar... acá en Uruguay no he visto chuntos...

Pasadita la Semana Santa como que ya vas guardando todas las playeras (remeras les dicen acá...) y los pantaloncitos delgados... y te vas preparando para recibir al invierno... frío, húmedo e intenso... La madera la conseguís a montones por estos lares... (nada que ver que en Guatemala comprar leña creo que hasta ya está siendo prohibido) y vas aprendiendo a usar la estufa (chimenea), a encender los fuegos y a cobijarte en ellos... cuestión que creo que en Uruguay se va perdiendo por la llegada del aire acondicionado y la calefacción... pero es en esos días de Julio y Agosto, en que te gozas más de las llamas y del asadito, el domingo por la tarde, hecho en una pequeña parrilla adentro de casa... si en la estufa... (chimenea)... y los pucheros, y los guisos de poroto (frijol colorado) y de matambre con poroto blanco (cerdo con frijol blanco), los platos están bien establecidos... no como en chapinlandia que comemos frijol cuando nos da la gana y casi todos los días...

Empecé este post hablando de la Eterna Primavera, porque es verdad... en Guatemala, siempre es primavera... no hay necesidad del cambio de placard (closet), ni de guardar los abrigos, para sacar las pantalonetas... salís a la calle y si hace frío te pones algo que te cubra y asi volvés sin temor a que el clima arrecie y te resfriés, asi de la nada... Mi lucha contra el clima, creo que ya la tengo ganada... ahora ya se que tengo que usar championes (tenniss) con medias (calcetas) y que el jeans, no te calienta para nada en el invierno... que las medias can can de lana (panty hose de lana) son re utiles... y que en el verano no se te ocurra comer guiso de porotos... la vida acá como que ya tiene bien organizadas la cocinas... y la forma de vestir... nada pasa por improvisación... si no te cuidás, te jodés...

El cambio de los climas, y el cuerpo adaptándose...
sábado, 15 de septiembre de 2012

Camino a Montevideo...

Camino a Montevideo, me pongo a recordar mi país, es  automático el hacer recuerdos y quizás hasta comparaciones... y encontrar cosas que se parezcan.

Sentada cómodamente en un bus de Turil, me viene a la mente la "camioneta" típica de mi tierra, esa donde vas oliendo, los sudores, los olores... donde te ponen encima una gallina o un perro... con el peligro de que agarre velocidad y no le funcionen los frenos... y la ventana cerrada, el paisaje plano del trayecto Colonia-Montevideo, contrastan con mis recuerdos de los montes, los árboles, los volcanes de mi tierra.

Montevideo es una ciudad que te transporta al pasado, y al futuro... donde se encuentran un puente de Calatrava... con una serie de edificaciones, que me recuerdan el boulevard que va dando al Hipódromo del Norte en la capital guatemalteca... todos se quedaron con las curvas características de la arquitectura de los 40's o los 50's... hermosa arquitectura que se adorna con los arriates de medio de la calle, llenos de flores multicolores.... Y por el otro lado, tanta basura tirada por las calles, la falta de cultura de la gente que todo lo deja caer... y me pongo a pensar en el detrimento que le hacen a don Alvaro Arzú y es cuando salimos cuando nos damos cuenta del equilibrio que se lleva en la ciudad para mantenerla tan bonita y tan limpia como la tiene la Muni. (Que conste que no hago propaganda... son observaciones que me vienen cuando hago los contrastes).

Las terminales de buses, donde se mueve tanta gente... los buses al interior, y la gente organizada y respetuosa para hacer fila, y conceder el paso... y me recuerdo de los alborotos que se arman en las terminales de buses de mi país, cuando hasta a veces se suben al techo del vehículo para viajar. Y en una esquina me topo con una máquina expendedora... de agua caliente para el termo del mate... no hay duda que cada país y sus tradiciones tienen sus necesidades y son estas cosas las que hacen divertido el viaje...

La travesía continua y de pronto veo un letrero "Cementerio de Mascotas" y me pongo a pensar en el trato especial que se le da a la mascota en este lugar. Para muchos son sus hijos y quienes vienen de nuestro país o escuchan algo asi, pueden pensar que es exagerado... pero si... acá a las mascotas en muchos hogares, se les celebra su cumpleaños, se les entregan regalitos (que en su mayoría son golosinas para mascotas) y al final, hay un lugar donde se pueden llevar los restos para recordarles... con amor y con honor...

Camino hacia Montevideo me surgen muchas preguntas... preguntas como... que por ambición y por hacernos más ricos dejamos a un lado la tranquilidad de sentarnos en una tarde de verano, a la vera de un árbol a tomarnos un mate (o en el caso de Guatemala, quizás una buena limonada)... de dar dignidad a nuestras mascotas... y vivir en la paz de una ciudad, donde la violencia se pronuncia poco...

Camino hacia Montevideo, pienso y recuerdo...
miércoles, 5 de septiembre de 2012

el dilema

El dilema por las tardes es no caer por los tentadores biscochos que venden en todas las panaderías de alrededor.... y olvidar por un momento el dulce sabor de una semita, o una champurrada remojada en el café... y caer por el sabor del dulce de membrillo... la crema repostera, y el crujir de la masa de hojaldre...

El dilema es no poder acompañarlos del panito dulce de mi Guatemala...